Durante todo el año 2009 estuvimos programando con gran expectativa lo que queríamos que fuera una excursión de pesca inolvidable, habíamos escuchado por referencias que el río Guayabero, ubicado en la sierra de la Macarena, era famoso por la variedad y tamaño de sus peces (Bagres de todas las especies, Cachamas, Yamus, Bocachicos y nuestra especie favorita, La Payara).
Ya en el 2009 habíamos podido saborear parte de las mieles de la pesca en este río pero habíamos llegado cuando la estación invernal no había terminado aún, lo que hizo que no pudiéramos disfrutar de los grandes placeres que nos puede brindar.
Es así como el 2 de Enero de 2010, decidimos partir en busca de una experiencia de pesca espectacular. El viaje fue encabezado por mi padre, mi hermano, mi hijo de 5 años y por supuesto, la persona que aun emocionado por esta vivencia escribe.
Los aparejos estaban listos, carretes, sedal, lideres, cañas y más de 30 señuelos artificiales que serían la delicia de las Payaras del Guayabero, entre ellos unos de 14 cm fabricadas por mí que a la postre demostrarían gran efectividad y resistencia.
En carro particular viajamos desde Tuluá hasta Villavicencio, unas 12 horas de camino fueron cubiertas con la expectativa y emoción de la aventura que nos esperaba. Ya en la capital del llano nos hospedamos para esperar que al siguiente día y a primera hora una avioneta Cessna Skyline II monomotor, en un vuelo de 1 hora y 20 minutos, nos condujera a una cita con nuestro destino, a una aventura de pesca inolvidable.
Llegamos a la Macarena a eso de las 9:30 de la mañana, hermoso pueblo llanero, de calles amplias en donde nuestro guía ya nos estaba esperando, sin demora nos dirigimos al hotel, un desayuno rápido y a la carga, pues no había tiempo para esperas y los señuelos deseaban navegar en las aguas del guayabero.
El primer día nos dirigimos a la Cachivera, una espectacular vuelta del río en donde se forma un raudal precioso de aguas critalinas, lo que hace que sea un sitio predilecto de las Payaras, allí estas esperan a sus presas para atacarlas y emboscarlas con voracidad mientras nadan afanosamente por las fuertes corrientes. La lancha fue amarrada, los latidos del corazón eran rápidos, y en el menor tiempo posible nuestros señuelos ya partían las aguas del Guayabero. No hubo que esperar mucho para el primer pique, una payara de muy buen tamaño luchó valiente, saltó y logro soltar mi señuelo, se había soltado la primera, luego mi padre y hermano también soltaron algunas otras. Los piques se sucedían uno tras otro. Mi hermano logró una muy bonita captura y como es el deber en este río devuelve al pez al agua para que esta siga siendo la reina de las corrientes. Ese día solo logramos dos capturas una payara de 12 lb. y otra de 7 lb., se nos soltaron varias, eso si la pesca y sensaciones fueron espectaculares y ni que decir del almuerzo que nos llevó nuestro guía. El primer día había dejado un gran sabor de aventura y pesca deportiva, los augurios eran los mejores así que a descansar en el hotel y a recuperar fuerzas porque lo mejor estaba por venir.
Es de esta forma como llega el segundo día de pesca, desayuno a las 6:30 de la mañana, almuerzos en hoja de biao, espectaculares, todo listo para dirigirnos a la famosa vuelta del Diablo, otra curva del río Guayabero que es sitio predilecto de las Payaras, después de 30 minutos en la lancha llegamos al que sería nuestro destino de pesca para ese día. Los anzuelos de los señuelos habían sido revisados y afilados para garantizar mejor efectividad en las capturas. Yo procedí a usar uno de los señuelos que había fabricado; no llevábamos 15 minutos lanzando los señuelos y la primera payara del día luchaba por soltar mi señuelo, espectacular pelea, mi hijo de 5 años tomó mi caña de pescar y procedió a dar vueltas al carrete para de estar forma capturar y soltar después la primera gran payara del día, una Payara de 17 Lb. El video está disponible en Youtube en la siguiente dirección: http://www.youtube.com/watch?
Todos conseguíamos piques, mi hermano capturó otra de buen tamaño, unas 7 lb. El frenesí pareció calmar, entonces decidimos cambiar el sitio y pasarnos para el frente en donde el río formaba un remanso encantador, en una sombra muy particular que nos protegería de los fuertes rayos del sol y que sabíamos sería lugar para poder logran mejores capturas y por supuesto tomar nuestro almuerzo.
No hubo que esperar mucho tiempo y la primera payara de 13 Lb era conducida por mi padre hacia la lancha en donde procedimos a soltarla, mi hermano logro otras 3 capturas entre ellas una payara que se suelta en la orilla de la lancha pero que calculamos tenía más de 20lb.
El resumen del día fue espectacular, pescamos unas muy buenas payaras, nadamos, comimos y gozamos de las delicias del río Guayabero en la vuelta del diablo. Y lo mejor, todavía faltaba la visita al mejor sitio de pesca de este río, a continuación voy tratar de expresar lo que se puede vivir cuando se visita el Cajón del Guayabero nuestro destino de los 2 días siguientes.
Salimos a las 7:00 de la mañana, casi dos horas en la lancha y llegamos al Cajón del Guayabero, yo particularmente lo bauticé como el Raudal de las Payaras, apenas nos bajamos de la lancha, solo fue tirar los señuelos y las cuatro cañas que llevábamos ya luchaban con Payaras en promedio de 12 libras, los cuatro pescamos al mismo tiempo. Era impresionante observar a las Payaras perseguir a los Bocachicos y Yamus que pretendían cruzar el cajón, en algunas ocasiones los hacían salir del agua y los pobres pececitos quedaban varados en las piedras, los pescadores del lugar aprovechaban esto para hacerse con carnadas y así capturar los impresionantes bagres amarillos que habitan en este lugar.
Aprovechando la voracidad y cantidad de payaras presentes, le dije a mi hijo que pescara una él solo, realicé el lance y procedí a entregarle mi caña para que él recuperara lentamente el señuelo del agua, fue impresionante y no menos emocionante ver a mi hijo de solo 5 años luchar con una payara de 10 lb, menos mal no fue más grande. Link del video:http://www.youtube.com/watch?
El total de peces capturados y soltados no fue estimado en estos dos días en el Cajón de las Payaras, 50 o 60, tal vez más, tal vez esas solo fue las que capturó mi hermano, lo que sí sabemos es que este territorio del río es gobernado por una gran cantidad de Payaras de gran tamaño y de bagres de hasta 200 lb.
El Raudal de las Payaras se ha convertido en nuestro sitio predilecto de pesca, mi hijo ya tiene cupo separado para la próxima aventura y nosotros ya queremos poder visitarlo nuevamente y volver a vivir la más grande experiencia de pesca que hasta ahora hemos tenido.
Otros links a videos de esta aventura:
