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viernes, 16 de diciembre de 2016

Laguna del Capo y la selva negra.

Durante el 2015 mis compañeros y yo estuvimos buscando cuál sería nuestro nuevo destino de pesca.
Era necesario renovar y adicionar otro paraíso a nuestras preferencias, afortunadamente en Colombia esto no es difícil debido a las grandes selvas que aun existen.
Buscamos en los diferentes parques naturales, después de muchas charlas y de revisar muchos aspectos, por fin decidimos programar nuestro viaje a uno de los lugares menos visitados e inhóspitos de nuestro país. Arriesgado, sí, pero que es lo mejor que tiene la pesca, lo fácil es visitar los sitios en los que otros han tenido éxito, lo difícil es descubrir nuevos lugares, apostar por lo desconocido y encontrarse con que nuestra tierra ha sido bendecida.

Es así como finalizando Enero de 2016, 4 pescadores apasionados, decidimos aventurarnos en las aguas de lo desconocido. Tomamos un vuelo desde Villavicencio hacia la aventura, hacia la laguna que bautizamos con el nombre de "Laguna del Capo", en honor a un compañero que tiene como nombre Bernardo "Don Berna" y que fue quien mas la disfrutó, en realidad no es sólo una laguna.

Vuelo en DC3

En este texto voy a hacer lo posible para contarles lo que en mi mente quedó de este inolvidable viaje de Pesca, sin antes ser claro en que para poder recrear lo que vivimos tendría que tener los dotes de García Márquez y esas son palabras mayores.

Después de un largo viaje en avión y de 7 horas en lancha, logramos desembarcar en la comunidad indígena que desde ese 21 de Enero iba a ser nuestra anfitriona, regalos para los niños, algunos para los mas adultos, charla con el Cacique y el permiso para poder pescar estaba listo, estas aguas son sagradas y los dueños de estas tierras siempre han sido las comunidades indígenas que las habitan.

Amanecer en la Laguna

El campamento lo realizamos en las orillas de la laguna, no quiero mentir, pero al ver la hermosura del lugar, el tamaño de la laguna y la actividad que había es sus aguas, me fue muy complicado levantar mi campamento y luego poder alistar mi equipo de pesca, con nudos, carretes, cañas y señuelos, creo que me demoré unos 40 eternos minutos para poder estar pescando desde la orilla ya que debía esperar a que mis compañeros de pesca hicieran su tarea.

Camping en la Laguna justo en la comunidad
Desde la orilla fangosa de la laguna, hice mis primeros lances, con la expectativa y esperanza que algún pez atacara mi señuelo, estaba en busca de los Tucunares, les juro que no había hecho mas de 5 intentos y ya el primer pez luchaba por soltar mi señuelo, un pez de singular belleza fue el resultado de mi primer pelea, foto y al agua nuevamente.

Mi primer captura, nada mal.
Mis amigos y yo estábamos ante el lugar más maravilloso para la pesca del Pavón o Tucunaré, esa tarde logramos pescar unas dos horas. Cuando logramos estar en la embarcación y un poco alejados de la comunidad, los enganches se sucedían uno tras otro, no había preferencia por los señuelos, los peces jamas los habían visto, el lugar y sus selvas vírgenes no sabían de pescadores deportivos, rebosaban de vida, los pavones simplemente atacaban los señuelos con voracidad para hacerse de una comida fácil y así deleitar a los que al otro lado de la línea los traían solo para hacerles una foto y devolverlos a las aguas en donde son los reyes del lugar.






La noche y la gran Luna nos cobijaron, las emociones estaban a full, como un amante cuando después de mucho tiempo se encuentra con la hermosura de su amada. La selva, la luna, los peces y nosotros, no hay nada mas para agregar, amor a primera vista.



Los siguientes días no se pueden explicar, lo vivido en las aguas de este río Colombiano son un torrente de emociones que jamas creí sentir en la pesca, o por lo menos son diferentes a las que he vivido, no puedo ser injusto, porque la pesca siempre tiene cosas positivas e imborrables de la memoria, la belleza del pez hace que cada momento quede grabado en nuestra memoria, pero este lugar ha cautivado mi mente y mis sentidos. Hace casi un año que ocurrió lo que hoy escribo y no hay una semana que no sueñe con que estoy en este lugar, rodeado de vida, de animales, de peces y principalmente de amigos.



La mejor pelea que he tenido con un Tucunaré











Siempre en mis escritos he publicado el lugar, he dejado muchas pistas para que otros amantes de la pesca puedan disfrutar y vivir lo que yo he vivido, esta vez no lo haré, por favor discúlpeme quien lea este mensaje, pero esta amante quiero tenerla para mi el mayor tiempo posible, es con la que mejor me he sentido, es la que más me ha entregado y mi mente hoy es de ella, solo sueño con volver, con hacer lo que no hice la primera vez.

Un abrazo a todos y excelentes pescas, un pescador enamorado.