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miércoles, 21 de marzo de 2012

Introducción al Género Cichla





Después del paseo de pesca que realicé a Inirida, quedé con muchas dudas debido a la gran variedad de Tucunarés que capturamos, los colores y pintas de esta especie varían mucho y en muchas ocasiones uno no sabe que clase de ellos a capturado.
Por tal motivo me tomé el trabajo de buscar en Internet y encontré un artículo que me gustó mucho y que resumiré en este escrito.


Empecemos por el nombre que se le da a este hermoso pez. Tucunare en Brasil, Pavón en Venezuela y Colombia, Toekoenali en Surinam, Lukunani en Guyana, Peacock Bass en EEUU. 
Además en Venezuela y algunas partes de Colombia se conoce al C. temensis como pavón lapo, lapeado, pintado, pinta de lapa o cinchado, al C. intermedia como pavón real y a C. orinocensi como pavón tres estrellas, marichapa o mariposo.

Se cree que existen tres posibles razones para que el Cichla tenga diferencia en patrones de color, una, que el reconocimiento sea de gran importancia entre individuos emparejados cuando están en época de apareamiento. Otra, que al ser los Cichla la especie de mayor tamaño, estas marcas se puedan observar de manera más detallada, ya que en un ciclido pequeño estas marcas son menos visibles en detalle. O también que sus colores sirvan para evitar el canibalismo entre los mismos individuos.
De acuerdo a lo anterior, los conocedores del tema, han separado el Genero Chichla en dos grandes grupos: El Temensis y el Ocellaris.

Estos a su vez se dividen en varias subespecies:
  • Temensis: (8 Sub especies)
    • Cichla Temensis
    • Cichla Jariina
    • Cichla Thyrorus
    • Cichla Mirianae
    • Cichla Melaniae
    • Cichla Piquiti
    • Cichla Vazzoleri
    • Cichla Nigrolineatus

  • Ocellaris: (7 Subespecies)
    • Cichla Ocelaris
    • Cichla Orinocensi
    • Cichla Monoculus
    • Cichla Nigromaculata
    • Cichla Kelberi
    • Cichla Pleiozona
    • Cichla Intermedia

A continuación mostraré cada subespecie de acuerdo a las fotos que he encontrado en la web.

GENERO TEMENSIS
  •  Chichla Temensis:
Sus barras verticales laterales son completas, no posee rombos u ocelos en ellas, estas están ausentes en todos los tamaños. Se aprecia una macha post orbital. Se conoce con varios nombres, entre ellos: Tucunaré acu, Pintado, Pavón Pintado, Pavón Venado, Pavón Cinchado. Es el que consigue el mayor tamaño de todas las especies.

  • Chichla Jariina
  • Cichla Thyrorus
  • Cichla Mirianae
  • Cichla Melaniae

  • Cichla Piquiti
  • Cichla Vazzoleri

  • Cichla Nigrolineatus 

Conocido como ‘Pavón Tigre’, ‘Trucha’ o ‘Paca’, constituye la variedad mas oscura de los pavones. Además de tres franjas verticales oscuras, posee una serie de puntos o lunares entre blanquecinos y amarillo pálido.












GENERO OCELLARIS
  • Cichla Ocelaris
  • Cichla Orinocensi
  • Cichla Monoculus
  • Cichla Nigromaculata
  • Cichla Kelberi

  • Cichla Pleiozona

  • Cichla Intermedia






La verdad es que la cosa es más complicada de lo que parece, pues incluso en esta clasificación que me pareció muy completa, me quedan dudas y muchas, pues he visto Tucunares con unos colores que no aparecen en esta clasificación. De lo que no hay duda, es que sea cual fuere la subespecie, todos gozan de inmensa belleza.



Fuente original: http://ciclidos-mexico.com/InformativoCM/index.php?option=com_content&view=article&id=351:introduccion-al-genero-cichla&catid=27:articulos-peces-sudamericanos&Itemid=60

lunes, 20 de febrero de 2012

Puerto Inirida 2012

Inírida (antes llamado Puerto Inírida) es la capital del departamento de Guainía, que en lengua indígena significa tierra de aguas, limita por el Norte con el departamento del Vichada, por el Oriente con el estado Venezolano de Amazonas, por el Sur con el Departamento del Vaupes y Brasil, por el Occidente con el departamento del Guaviare.

A unos 50km de la capital se pueden encontrar los Cerros de Mavicure, en total son tres: Pajarito, Mono y Mavicure, en lancha se puede llegar en un recorrido de al menos dos horas.


El ecosistema, las selvas aun vírgenes y la cantidad de ríos que bañan el departamento hacen de este destino un objetivo ideal para practicar el deporte que más me apasiona.

A mediados del año 2011, mi ahora amigo José Bernardo, se puso en contacto conmigo a través de la Internet para que organizáramos un viaje de pesca a este paraíso Colombiano.
Empezamos a indagar, a analizar cual podría ser la mejor opción y al final nos decidimos por el siguiente plan:

Nuestro guía, nos organizó un calendario de pesca muy bien balanceado, el plan incluía jornadas de pesca en el río Orinoco y algunas lagunas cercanas al igual que en el río Vichada y sus famosas lagunas.

Los principales objetivos eran las enormes Payaras que nadan en los raudales que forma el río Orinoco y los Tucunares gigantes que con suerte se pueden capturar principalmente en las lagunas.

Organizamos todo, alistamos equipos y marcamos el 20 de Febrero como la fecha ideal para ir en busca de una aventura de pesca que a la postre fue memorable. En total viajamos ocho personas, mi padre y su esposa Isabel, Jose y su esposa Zuleima, Don Jose Riaño (Peluche), Efraín, mi novia Susana y por supuesto yo. De antemano gracias a todos porque su compañía fue espectacular y porque los momentos y recuerdos que tengo siempre los llevaré conmigo, la pasamos muy bueno!!!


Fue así como en la fecha acordada salimos del aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón de Palmira y ya en la tarde, con el campamento organizado a orillas del Orinoco, estábamos realizando con mucho cansancio los primeros lances a las Payaras. Algunos piques y rápidamente la noche llegó, a descansar, nos esperaban jornadas de pesca que nos exigirían al máximo.



Nuestro guía escogió un muy buen sitio como morada, allí, el río Orinoco forma una corriente muy poderosa, ideal para las Payaras y Sardinatas.



Todos los días a la madrugada y al caer la tarde este sitio nos brindaría grandes satisfacciones, o que lo diga mi padre que siempre nos ganaba la delantera para hacer los primeros lances.

 Payara capturada con un señuelo que fabrique yo.


El primer día visitamos unos raudales muy bonitos que forma el Orinoco, la pesca fue muy entretenida y logramos hacer unas buenas capturas, todavía tengo en mi mente la gran Sardinata que logro huir de mi popper, ya volveré por ella.
Nuestros compañeros nos acompañaron toda la mañana, lograron buenas capturas también. Ya entrada la tarde y aprovechando que tenían lanchas rápidas visitaron una laguna que estaba cerca de donde habíamos estado pescando.
Por la noche, al llegar al campamento, Jose muy emocionado me contó que a pesar del corto tiempo que estuvieron lograron capturar muchos Tucunares pequeños y uno de 10lb, esto me animó mucho, pues para este paseo me había fijado como objetivo personal poder capturar un Tucunaré de más de 10lb, en mi anterior experiencia en Inirida había quedado con ese punto pendiente y ya era hora de saldar cuentas con los Tucunares.

Esa noche decidimos, aprovechando que la laguna era lo suficientemente grande, enfilar nuestros señuelos hacia este sitio y tratar de capturar los famosos Tucunarés azules de esta región amazónica.

Muy temprano, en la madrugada, ya teníamos todo listo, salimos a la caza de los Tucunarés, durante todo el día lo intentamos, pero solo pude ver uno muy grande que atacó mi señuelo de superficie y que para mi infortunio no logró engancharse, capturamos varios, pero todos de menor edad, el más grande fue uno de 4lb que logré enganchar cuando caía la tarde.


Se me había pasado una gran oportunidad para lograr mi meta en este viaje de pesca, pero no podía desesperar, todavía me quedaban varias jornadas mas.
Al llegar al campamento, siempre había gran expectativa, pues sabíamos que las Payaras nos estaban esperando, ese día en particular la pesca estuvo muy animada durante los últimos 30 minutos de luz que nos permitió el día. Nuestro amigo Efraín logró capturar tres Payaras de manera consecutiva, entre ellas está de 17 lb que mi novia carga con mucha dificultad. Excelente Payara!!!


Con la llegada de los primeros rayos del sol, nuestro destino nos llevaría a unas lagunas en el río Vichada, la primera que visitamos, la Laguna Guariacarana, bastante grande, nos brindo buenas emociones, un Tucunaré muy grande logró abrir los empates de los anzuelos de uno de nuestros señuelos y mi papá logró capturar un pinta de lapa muy bonito de 6lb.


Ese día en la tarde tuvimos la oportunidad de visitar otra laguna, esta vez el turno fue para la Pirariame, ésta es espectacular para los Tucunarés, no es muy amplia en su tamaño, parece un caño, pero es el hogar de los grandes.
Zule la esposa de José Bernardo, logró capturar un cinchado de 12lb, Efraín otro de 14lb, yo un pinta lapa de 9lb y mi novia un cinchado precioso de 7lb. Todos fueron liberados y quedaron en la laguna para garantizar futuras emociones.

Tucunaré Cinchado capturado con un señuelo de mi fabricación

Lastimosamente el día se nos terminó y tuvimos que volver rápidamente al campamento pues estábamos a unas dos horas en lancha y no hubo tiempo para tratar de capturar los gigantes azules de esta laguna.
Por mi mente solo rondaba una cosa, el tiempo se me acaba y aún no he podido cumplir con mi objetivo; el gran Tucunaré me sigue siendo esquivo.

Al llegar al campamento, de nuevo la adrenalina que nos hacían sentir las Payaras, ese día logre capturar una muy bonita
.

Ya en el camping, observé el calendario y noté con gran preocupación, que solo nos quedaban 2 días de pesca, el grupo había decidido que uno de estos días lo íbamos a dedicar exclusivamente a la pesca de la Payara, especie que me encanta capturar por la pelea que ofrece, pero que en este caso iba en sentido contrario a mi objetivo principal.

Así partimos en nuestra lancha para el penúltimo día de pesca, logré convencer a mi padre y a nuestro lanchero, para que nos llevara a la laguna en la que José Bernardo había capturado un Tucunaré de 10lb, des-afortunadamente no recuerdo su nombre, este sitio quedaba bastante cerca del lugar que el grupo había escogido para tratar de capturar Payaras, fue así como a eso de las 9 AM ya estábamos tratando de capturar el gran Tucunaré. Dimos al menos dos recorridos en la laguna y logramos capturar unos pequeños, la pesca pareció calmar y justo antes de tomar la decisión de volver por la Payaras, la esposa de mi padre, en la salida de un caño, logró capturar un mariposo muy bonito, de vivos colores, que nos volvió a subir el ánimo. 


Soltamos el precioso animal y dimos la vuelta para volver a pasar los señuelos por el mismo lugar, esta vez estaba pescando con un artificial que yo mismo fabrique, con los colores del famoso RedHead, con el cual mi novia había obtenido varias capturas. 
Mis esperanzas por el gran Tucunaré se desvanecían, pues no conseguíamos piques y mi padre había tomado la decisión de volver por las Payaras, le sugerí que diéramos una vuelta más, solo una más por la salida del caño donde habíamos conseguido la mayor parte de las capturas y que después saliéramos al encuentro de nuestros amigos.
Gracias a Dios me escuchó, justo al pasar por el frente del caño sentí un  gran tirón en la caña, un gran Tucunaré saltaba y luchaba por soltar mi señuelo, mis pulsaciones estaban a tope y el flujo de adrenalina al máximo, en mi mente decía: al fin, el Tucunaré que he venido a buscar, por favor que no se suelte.
Después de una lucha de al menos 15 minutos, logré poner en mis manos este precioso trofeo, un espectacular cinchado de colores azulados en sus aletas y que peso 14lb, lo aprecié, lo detallé, creo que por poco cuento cada una de sus escamas, cada tanto y después de haberle liberado del señuelo lo hundía en el agua para que tomara el aire necesario para que no fuera morir, al final lo solté y mis ojos lograron empañarse por la alegría que había sentido, al fin lo había conseguido, se que hay más grandes, pero para mi este fue mi primero de más de 10lb, mi objetivo del paseo estaba cumplido.

Justo en el momento que fue liberado.

Ya con la felicidad y tranquilidad de haber cumplido la tarea, procedimos a dar otra pasada por la desembocadura del caño de las alegrías, como lo bauticé al finalizar el día, le pasé mi caña a mi novia Susana para que ella tratara de capturar alguno, pasaron pocos instantes y ya en la linea estaba luchando otro que al parecer era de mejor tamaño. Mi novia al sentir la presión que ejerce este animal solo atinó a casi "tirarme" la caña para que la ayudara con este nuevo Tucunaré que luchaba por alcanzar unas palizadas cercanas. Después de una preciosa lucha, con saltos y arreones muy fuertes, logramos traer a seco el que a la postre sería el Tucunaré más grande del paseo, un espectacular cinchado de 17lb. Este tenía los colores más vivos que el anterior y en mi concepto lo superaba en belleza, a estos animales no se les puede matar, estos hay que cuidarlos pues son los papagayos de nuestros ríos. Son sencillamente espectaculares!!!

Tucunaré de 17lb, capturado con artificial de mi fabricación.

Todos en la lancha rebosábamos de alegría, así que procedimos a dar otra "vueltica por las alegrías", este caño era el encargado de surtir la mayor cantidad de agua de la laguna y al parecer en este momento había una gran actividad en su desembocadura.
Mi padre cambió su señuelo por un RedHead que teníamos guardado pero que no estábamos usando porque se profundizaba mucho, le sugerí que levantara su caña lo más que pudiera para evitar que se enredase en los palos que se posan en el fondo de las cristalinas aguas de la laguna. No pasó mucho tiempo cuando un pavón casi le arranca la caña de las manos, a luchar se dijo, después de unos diez minutos mi papá se unió al club de los pavones de más de 10lb, capturó uno que peso 10.5lb, espectacular en su colorido y en su salud, pues la pelea no fue menos ardua que las anteriores.


A pesar de la temprana hora no pudimos obtener mas pavones, alguien diría para que mas, yo estoy de acuerdo. Así que salimos al río Orinoco a buscar las Payaras en la horas de la tarde. Logramos capturar una después de muchos piques, casi siempre es muy complicado capturarlas, tienen mucho hueso y eso dificulta el enganche.


Solo nos restaba un solo día de pesca, esa noche cayó una tormenta muy fuerte y solo hasta las 8:00 AM pudimos salir del campamento rumbo hacia el mejor sitio de pesca, por el río Vichada, ingresamos a varias lagunas, demoramos casi 3 horas en llegar, lo que nos dejaba muy poco tiempo para la pesca, al final solo pudimos pescar 3 horas, y no precisamente, según las estadísticas, las más productivas para el deporte.
Nos dividimos en las muchas lagunas que tiene el río en esta parte, todas ellas pequeñas pero productivas, allí logramos capturar peces perro, guabinas de buen tamaño y Tucunares de varios tipos, mis compañeros lograron algunos de más de 10lb, no muchos, lastimosamente este día nosotros no los pudimos conseguir, los vimos, y en una ocasión uno atacó mi torpedo, pero para mi infortunio no lo logré enganchar.



De esta forma dimos fin a nuestro paseo, llegó la hora de partir, pero eso si, la pesca fue espectacular, desde ya estamos planeando la próxima salida pues las lagunas del Vichada no las pudimos aprovechar como se debía. Un abrazo a mis amigos de pesca y a todas las personas que hicieron posible esta aventura.






Buenas pescas!!!

viernes, 10 de febrero de 2012

Macarena 2012

La Sierra de la Macarena es uno de los parques naturales mas hermosos de Colombia, allí confluyen la fauna de la Amazonía, la Orinoquía y los Andes, sus temperaturas oscilan entre los 12° y los 28°C, estos hechos han propiciado la conservación de un hábitat único en una pequeña región de gran biodiversidad.

Su principal atracción turística es el río de los cinco colores, CAÑO CRISTALES, en mi concepto, y no solo en el mío, el más hermoso río que existe en el mundo.




Lastimosamente y obedeciendo a que mi principal hobby es la pesca deportiva, no lo he podido conocer en su plenitud de condiciones, pues solo en el invierno (Julio y Noviembre), este caño puede mostrar toda su belleza y dejar ver los colores que lo hacen único en el mundo. Tengo pendiente este punto, no todo puede ser pesca, y este es un espectáculo que verdaderamente vale la pena presenciar.




Dejando de un lado Caño Cristales, orgullo Colombiano que bien merece todo un capitulo aparte, me centraré en tratar de relatar lo vivido en esta excursión de pesca que realizamos del 4 al 8 de febrero de 2012.


Durante al menos 4 meses y para obtener mejores tarifas en el viaje, mi padre y yo estuvimos invitando a amigos pescadores a disfrutar de uno de los mejores sitios de Colombia para la práctica de la pesca deportiva. Afortunadamente, nuestra invitación tuvo eco y en total viajamos 18 personas de varias regiones de Colombia, quienes al ver la oportunidad de realizar una pesca inolvidable no dudaron en apuntarse en este paseo.


El sábado 4 partimos en un avión de carga DC3 desde la ciudad de Villavicencio con destino a La Macarena, 18 corazones estaban ansiosos por saborear las mieles del río Guayabero, principal arteria fluvial de la Sierra de la Macarena y hogar de muchas especies de peces, principalmente, Bagres (Amarillos, Valentones, Dorados, Lecheros, Rayados, Yakes, etc.), Payaras, Yamus, Cachamas, Pirañas, Corvinatas, Bocachicos, etc.


Es así como a eso de las 11:00 AM, después de una hora y quince minutos de vuelo, ya estábamos listos para iniciar con nuestra primer jornada de pesca. El grupo fue dividido en 4 embarcaciones de las cuales ese día dos salieron para la Cachivera y las otras dos para la Vuelta del Diablo, lugares del río que forman buenas corrientes y son hogar perfecto de las Payaras. El resumen de la jornada fue muy favorable, pues casi todos logramos capturar o al menos sentir piques de las payaras. 

Payara capturada por mi hijo Juan Andrés

Este primer día fue el calentamiento, el abre-bocas, tuvimos una tarde muy relajada de pesca, sabíamos que lo mejor estaba por venir, pues durante los próximos tres días visitaríamos el cajón del Guayabero. Sitio en la cabecera que obtiene su nombre gracias a que la fuerza de las aguas han logrado romper a través de los siglos parte de la sierra y formar un cañón de gran longitud. Este lugar es gobernado por bagres de impresionante tamaño y payaras de gran longitud y voracidad. Las emociones estaban por venir.


En nuestro segundo día de pesca, las cosas sucedieron mas o menos así. A las 5 de la mañana la "tropa" de pescadores ya estaba en pie, últimos ajustes a los equipos, desayuno y a lo que vinimos. Dos horas de "camino" en la lancha y ya estábamos en la entrada del imponente cajón del Guayabero. 
Todos los pescadores conseguían piques en un frenesí que parecía no acabar, las Payaras, predadores mas voraces del lugar, aprovechan los torrentes y cuevas que se forman en el río para emboscar a los Bocachicos y Yamús que osan cruzar este cajón infestado de ellas.


Los pobres Bocachicos y Yamús huyendo de las Payaras


Al ver tal espectáculo, Alejandro Linares, un amigo de Medellín y experto pescador, me sugirió que subiéramos un poco por el cajón para así poder realizar unas tomas de vídeo, y alejarnos del bullicio y alegría que expresaban nuestros compañeros de pesca cada vez que hacían una captura o tenían algún pique. La adrenalina estaba a full, caminamos unos diez minutos y encontramos con mucha dificultad un lugar para poder descender nuevamente al río y realizar las primeras tomas de pesca en el cajón. No fue sino tirar y al primer recogido del carrete, una Payara de buen tamaño luchaba por librarse del señuelo. Así estuvimos durante al menos una hora, capturamos y se nos soltaron algunas Payaras y en un momento de respiro, logramos ver un majestuoso bagre escondido bajo una piedra, allí esperaba a que los Bocachicos pasaran para simplemente abrir su enorme boca y recibir un bocadillo que saciara su voraz apetito. Que espectáculo!!!




Alejo me estaba contando que nunca pensó que existiera un lugar con tanta abundancia de peces, fue justo en ese momento, cuando logré escuchar que mi hijo estaba peleando con una gran Payara, el niño me llamaba a gritos!!!, salí "corriendo", pero por la dificultad del terreno solo llegué cuando ya mis compañeros se la habían ayudado a capturar. Pobre de mi Juancho, ni en chiste hubiera podido sostener la lucha y fuerza que genera un pez de este tamaño, eso sí, lo primero que hizo fue tomarse la foto y exigir la liberación del pez, él mismo le limpió la arena y la liberó para garantizar que siga siendo ama y dueña del cajón.
En la foto el majestuoso pez, seguramente es más largo que mi hijo. Esta pesó 18 lb y fue una de las más grandes.


Así transcurrió el segundo día de pesca, todos capturamos espectaculares Payaras y logramos ver a los pescadores de la región luchando contra los grandes bagres amarillos, ellos nos comentaron que había una abundancia de bagres de gran tamaño subiendo por el río, mis amigos y en especial mi padre, se prometieron alistar para el siguiente día el equipo pesado y así tratar de capturar uno de estos gigantes del Guayabero.


Amarillos capturados por pescadores de la región, pueden llegar a pesar hasta 200lb


Durante la comida de esa noche, y en uno de los momentos que mas me gusta de los paseos de pesca, todos nos reunimos y empezamos a comentar lo que habíamos vivido ese día, el sabido comentario en donde siempre se suelta el más grande, y las impresiones de todos por este majestuoso sitio, sirvieron para que hiciéramos la digestión y procediéramos a recuperar energías, todavía nos quedaban dos días de pesca, pero a todos nos asaltaba una inquietud; el clima estaba cambiando y estaba lloviendo mucho en la cabecera del río, nuestras oraciones se dirigían a San Pedro, pues sabíamos que si el río aumentaba súbitamente de nivel la pesca se vería seriamente afectada.


Al parecer San Pedro nos escuchó, y fue así como partimos a nuestro tercer día de pesca, segundo en el "Cajón de las Payaras". Zarpamos a la hora acordada, con ánimos renovados y con las expectativa de lograr capturar uno de los majestuosos Amarillos del lugar.


Al llegar al cajón, todos, hasta los que habían dicho que solo iban a intentar pescar un gran amarillo ese día, lanzaron sus señuelos a las corrientes en busca de una pelea con una gran Payara, ese manjar no se puede desaprovechar.
Cuando el frenesí pareció calmar los pescadores de amarillos alistaron sus equipos, se armaron de paciencia, capturaron algunos Bocachicos con la ayuda de nuestros motoristas  y empezaron la persecución del gran bagre amarillo.


Mi padre esperando el pique de un gran Amarillo, al final lo consiguió.


Algunos de mis amigos lograron capturar algunos Amarillos, pocos pues no es fácil, el más grande pesó unas 40lb, nada mal, a mi padre se le pegó uno muy grande, entre varias personas lo ayudamos, pero el animal tenía una fuerza sobrenatural y al final logro reventar un sedal de 80lb como si fuera un hilo para tejer, de verdad que hay que agarrase bien del piso para evitar que un "animalito" de estos lo lance a uno al agua. Increible!!!.



Yo mientras tanto me dedique a tratar de capturar Payaras con la compañía inseparable de mi hijo, pues son mas la que se sueltan que las que logra llevar uno al lente de la cámara.


Logramos unos buenos enganches ese día, la más grande de 17lb, una medida insuficiente en comparación con las que habitan en este sitio del río, eso si, logre librar una pelea de más de media hora con una que cálculo tenía mas de 25lb, al final      el animal se logró soltar justo cuando le iba a introducir el grip en la boca, no se imaginan la "felicidad" que me dio, en fin, me queda  la memorable batalla y esta foto que se le tomó unos minutos antes de que se soltase. Como siempre se soltó la más grande!!!






Para cerrar este día, de regreso al hotel, casi llegando a La Macarena, logramos ver una pareja de Delfines Rosados jugando y subiendo por el río junto a su cría, todos nos alegramos y aprovechamos para deleitarnos con la vista de estos majestuosos animales. Una señora de la región me comentó que cuando los delfines suben por el río, es porque el río va a crecer, este comentario no dejó que tuviera una noche del todo feliz, pues eso era lo que menos quería que sucediera.

El balance de este día fue más que positivo a pesar que la lluvia nos acompaño durante la mayor parte del día. Mis compañeros lograron su cometido y capturaron unos buenos bagres, pero uno de los muchachos que nos acompaño, hijo de uno de los motoristas, logró la mejor captura, un bagre Amarillo de al menos 100lb, estos son los verdaderos monstruos del Cajón.


Los dos bagres de al lado tienen al menos 30Lb. El del centro no lo pudimos cargar para una foto mejor, ese es el monstruo.


Esa noche todos, agotados por la jornada, ingresamos a nuestros cuartos a descansar y a esperar nuestro último día de pesca en el Guayabero.


Nos levantamos renovados, desayunamos y partimos hacia nuestro último día de pesca en el Cajón, habíamos hecho muchos planes, teníamos apuestas para que en ese día el pescador que lograra la mejor Payara recibiera un premio en efectivo, pero la naturaleza y el río tenían la última palabra, llegando al cajón sucedió lo que temíamos, una súbita creciente del río hizo que la pesca ese día en el cajón fuera imposible de realizar, el río en cuestión de dos horas ya había subido al menos unos 2 metros, y lo peor se había puesto turbio, los peces al parecer se esconden o no pueden ver los señuelos, porque ninguno de nosotros logró si quiera algún pique en el tiempo que estuvimos ese día en el cajón, lastimosamente la pesca es así y eso es lo que hace que sea apasionante, hay días buenos, regulares y malos.




Al ver estas condiciones decidimos ir a probar suerte en el río Lozada, este es uno de los afluentes del Guayabero y se pasa por su desembocadura en el camino al cajón. A eso de las 11:30 AM, ya estábamos en su desembocadura, allí logramos capturar un buen número de Payaras y Payarines, los peces buscaban aguas limpias y sus predadores ingresaban al río para hacerse con alimento, nosotros aprovechamos, y como dicen por ahí: "pescamos en río revuelto".


A pesar del mal tiempo y las condiciones de este día La Macarena, el rio Guayabero, el río Lozada y toda su riqueza, hicieron que pudiéramos cerrar nuestro paseo de la mejor forma, otro día de pesca espectacular.


No queda más que decir, los recuerdos en la memoria serán imborrables, a mis amigos de aventura, les deseo lo mejor, excelentes compañeros, lo único malo fue que nos tocó empacar la maleta, abordar el avión y volver a la realidad, al final despertamos del sueño que se cumple cuando se va de pesca a La Sierra de la Macarena.




Un abrazo y buenas pescas!!!