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viernes, 10 de febrero de 2012

Macarena 2012

La Sierra de la Macarena es uno de los parques naturales mas hermosos de Colombia, allí confluyen la fauna de la Amazonía, la Orinoquía y los Andes, sus temperaturas oscilan entre los 12° y los 28°C, estos hechos han propiciado la conservación de un hábitat único en una pequeña región de gran biodiversidad.

Su principal atracción turística es el río de los cinco colores, CAÑO CRISTALES, en mi concepto, y no solo en el mío, el más hermoso río que existe en el mundo.




Lastimosamente y obedeciendo a que mi principal hobby es la pesca deportiva, no lo he podido conocer en su plenitud de condiciones, pues solo en el invierno (Julio y Noviembre), este caño puede mostrar toda su belleza y dejar ver los colores que lo hacen único en el mundo. Tengo pendiente este punto, no todo puede ser pesca, y este es un espectáculo que verdaderamente vale la pena presenciar.




Dejando de un lado Caño Cristales, orgullo Colombiano que bien merece todo un capitulo aparte, me centraré en tratar de relatar lo vivido en esta excursión de pesca que realizamos del 4 al 8 de febrero de 2012.


Durante al menos 4 meses y para obtener mejores tarifas en el viaje, mi padre y yo estuvimos invitando a amigos pescadores a disfrutar de uno de los mejores sitios de Colombia para la práctica de la pesca deportiva. Afortunadamente, nuestra invitación tuvo eco y en total viajamos 18 personas de varias regiones de Colombia, quienes al ver la oportunidad de realizar una pesca inolvidable no dudaron en apuntarse en este paseo.


El sábado 4 partimos en un avión de carga DC3 desde la ciudad de Villavicencio con destino a La Macarena, 18 corazones estaban ansiosos por saborear las mieles del río Guayabero, principal arteria fluvial de la Sierra de la Macarena y hogar de muchas especies de peces, principalmente, Bagres (Amarillos, Valentones, Dorados, Lecheros, Rayados, Yakes, etc.), Payaras, Yamus, Cachamas, Pirañas, Corvinatas, Bocachicos, etc.


Es así como a eso de las 11:00 AM, después de una hora y quince minutos de vuelo, ya estábamos listos para iniciar con nuestra primer jornada de pesca. El grupo fue dividido en 4 embarcaciones de las cuales ese día dos salieron para la Cachivera y las otras dos para la Vuelta del Diablo, lugares del río que forman buenas corrientes y son hogar perfecto de las Payaras. El resumen de la jornada fue muy favorable, pues casi todos logramos capturar o al menos sentir piques de las payaras. 

Payara capturada por mi hijo Juan Andrés

Este primer día fue el calentamiento, el abre-bocas, tuvimos una tarde muy relajada de pesca, sabíamos que lo mejor estaba por venir, pues durante los próximos tres días visitaríamos el cajón del Guayabero. Sitio en la cabecera que obtiene su nombre gracias a que la fuerza de las aguas han logrado romper a través de los siglos parte de la sierra y formar un cañón de gran longitud. Este lugar es gobernado por bagres de impresionante tamaño y payaras de gran longitud y voracidad. Las emociones estaban por venir.


En nuestro segundo día de pesca, las cosas sucedieron mas o menos así. A las 5 de la mañana la "tropa" de pescadores ya estaba en pie, últimos ajustes a los equipos, desayuno y a lo que vinimos. Dos horas de "camino" en la lancha y ya estábamos en la entrada del imponente cajón del Guayabero. 
Todos los pescadores conseguían piques en un frenesí que parecía no acabar, las Payaras, predadores mas voraces del lugar, aprovechan los torrentes y cuevas que se forman en el río para emboscar a los Bocachicos y Yamús que osan cruzar este cajón infestado de ellas.


Los pobres Bocachicos y Yamús huyendo de las Payaras


Al ver tal espectáculo, Alejandro Linares, un amigo de Medellín y experto pescador, me sugirió que subiéramos un poco por el cajón para así poder realizar unas tomas de vídeo, y alejarnos del bullicio y alegría que expresaban nuestros compañeros de pesca cada vez que hacían una captura o tenían algún pique. La adrenalina estaba a full, caminamos unos diez minutos y encontramos con mucha dificultad un lugar para poder descender nuevamente al río y realizar las primeras tomas de pesca en el cajón. No fue sino tirar y al primer recogido del carrete, una Payara de buen tamaño luchaba por librarse del señuelo. Así estuvimos durante al menos una hora, capturamos y se nos soltaron algunas Payaras y en un momento de respiro, logramos ver un majestuoso bagre escondido bajo una piedra, allí esperaba a que los Bocachicos pasaran para simplemente abrir su enorme boca y recibir un bocadillo que saciara su voraz apetito. Que espectáculo!!!




Alejo me estaba contando que nunca pensó que existiera un lugar con tanta abundancia de peces, fue justo en ese momento, cuando logré escuchar que mi hijo estaba peleando con una gran Payara, el niño me llamaba a gritos!!!, salí "corriendo", pero por la dificultad del terreno solo llegué cuando ya mis compañeros se la habían ayudado a capturar. Pobre de mi Juancho, ni en chiste hubiera podido sostener la lucha y fuerza que genera un pez de este tamaño, eso sí, lo primero que hizo fue tomarse la foto y exigir la liberación del pez, él mismo le limpió la arena y la liberó para garantizar que siga siendo ama y dueña del cajón.
En la foto el majestuoso pez, seguramente es más largo que mi hijo. Esta pesó 18 lb y fue una de las más grandes.


Así transcurrió el segundo día de pesca, todos capturamos espectaculares Payaras y logramos ver a los pescadores de la región luchando contra los grandes bagres amarillos, ellos nos comentaron que había una abundancia de bagres de gran tamaño subiendo por el río, mis amigos y en especial mi padre, se prometieron alistar para el siguiente día el equipo pesado y así tratar de capturar uno de estos gigantes del Guayabero.


Amarillos capturados por pescadores de la región, pueden llegar a pesar hasta 200lb


Durante la comida de esa noche, y en uno de los momentos que mas me gusta de los paseos de pesca, todos nos reunimos y empezamos a comentar lo que habíamos vivido ese día, el sabido comentario en donde siempre se suelta el más grande, y las impresiones de todos por este majestuoso sitio, sirvieron para que hiciéramos la digestión y procediéramos a recuperar energías, todavía nos quedaban dos días de pesca, pero a todos nos asaltaba una inquietud; el clima estaba cambiando y estaba lloviendo mucho en la cabecera del río, nuestras oraciones se dirigían a San Pedro, pues sabíamos que si el río aumentaba súbitamente de nivel la pesca se vería seriamente afectada.


Al parecer San Pedro nos escuchó, y fue así como partimos a nuestro tercer día de pesca, segundo en el "Cajón de las Payaras". Zarpamos a la hora acordada, con ánimos renovados y con las expectativa de lograr capturar uno de los majestuosos Amarillos del lugar.


Al llegar al cajón, todos, hasta los que habían dicho que solo iban a intentar pescar un gran amarillo ese día, lanzaron sus señuelos a las corrientes en busca de una pelea con una gran Payara, ese manjar no se puede desaprovechar.
Cuando el frenesí pareció calmar los pescadores de amarillos alistaron sus equipos, se armaron de paciencia, capturaron algunos Bocachicos con la ayuda de nuestros motoristas  y empezaron la persecución del gran bagre amarillo.


Mi padre esperando el pique de un gran Amarillo, al final lo consiguió.


Algunos de mis amigos lograron capturar algunos Amarillos, pocos pues no es fácil, el más grande pesó unas 40lb, nada mal, a mi padre se le pegó uno muy grande, entre varias personas lo ayudamos, pero el animal tenía una fuerza sobrenatural y al final logro reventar un sedal de 80lb como si fuera un hilo para tejer, de verdad que hay que agarrase bien del piso para evitar que un "animalito" de estos lo lance a uno al agua. Increible!!!.



Yo mientras tanto me dedique a tratar de capturar Payaras con la compañía inseparable de mi hijo, pues son mas la que se sueltan que las que logra llevar uno al lente de la cámara.


Logramos unos buenos enganches ese día, la más grande de 17lb, una medida insuficiente en comparación con las que habitan en este sitio del río, eso si, logre librar una pelea de más de media hora con una que cálculo tenía mas de 25lb, al final      el animal se logró soltar justo cuando le iba a introducir el grip en la boca, no se imaginan la "felicidad" que me dio, en fin, me queda  la memorable batalla y esta foto que se le tomó unos minutos antes de que se soltase. Como siempre se soltó la más grande!!!






Para cerrar este día, de regreso al hotel, casi llegando a La Macarena, logramos ver una pareja de Delfines Rosados jugando y subiendo por el río junto a su cría, todos nos alegramos y aprovechamos para deleitarnos con la vista de estos majestuosos animales. Una señora de la región me comentó que cuando los delfines suben por el río, es porque el río va a crecer, este comentario no dejó que tuviera una noche del todo feliz, pues eso era lo que menos quería que sucediera.

El balance de este día fue más que positivo a pesar que la lluvia nos acompaño durante la mayor parte del día. Mis compañeros lograron su cometido y capturaron unos buenos bagres, pero uno de los muchachos que nos acompaño, hijo de uno de los motoristas, logró la mejor captura, un bagre Amarillo de al menos 100lb, estos son los verdaderos monstruos del Cajón.


Los dos bagres de al lado tienen al menos 30Lb. El del centro no lo pudimos cargar para una foto mejor, ese es el monstruo.


Esa noche todos, agotados por la jornada, ingresamos a nuestros cuartos a descansar y a esperar nuestro último día de pesca en el Guayabero.


Nos levantamos renovados, desayunamos y partimos hacia nuestro último día de pesca en el Cajón, habíamos hecho muchos planes, teníamos apuestas para que en ese día el pescador que lograra la mejor Payara recibiera un premio en efectivo, pero la naturaleza y el río tenían la última palabra, llegando al cajón sucedió lo que temíamos, una súbita creciente del río hizo que la pesca ese día en el cajón fuera imposible de realizar, el río en cuestión de dos horas ya había subido al menos unos 2 metros, y lo peor se había puesto turbio, los peces al parecer se esconden o no pueden ver los señuelos, porque ninguno de nosotros logró si quiera algún pique en el tiempo que estuvimos ese día en el cajón, lastimosamente la pesca es así y eso es lo que hace que sea apasionante, hay días buenos, regulares y malos.




Al ver estas condiciones decidimos ir a probar suerte en el río Lozada, este es uno de los afluentes del Guayabero y se pasa por su desembocadura en el camino al cajón. A eso de las 11:30 AM, ya estábamos en su desembocadura, allí logramos capturar un buen número de Payaras y Payarines, los peces buscaban aguas limpias y sus predadores ingresaban al río para hacerse con alimento, nosotros aprovechamos, y como dicen por ahí: "pescamos en río revuelto".


A pesar del mal tiempo y las condiciones de este día La Macarena, el rio Guayabero, el río Lozada y toda su riqueza, hicieron que pudiéramos cerrar nuestro paseo de la mejor forma, otro día de pesca espectacular.


No queda más que decir, los recuerdos en la memoria serán imborrables, a mis amigos de aventura, les deseo lo mejor, excelentes compañeros, lo único malo fue que nos tocó empacar la maleta, abordar el avión y volver a la realidad, al final despertamos del sueño que se cumple cuando se va de pesca a La Sierra de la Macarena.




Un abrazo y buenas pescas!!!

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