Inírida (antes llamado Puerto Inírida) es la capital del departamento de Guainía, que en lengua indígena significa tierra de aguas, limita por el Norte con el departamento del Vichada, por el Oriente con el estado Venezolano de Amazonas, por el Sur con el Departamento del Vaupes y Brasil, por el Occidente con el departamento del Guaviare.
A unos 50km de la capital se pueden encontrar los Cerros de Mavicure, en total son tres: Pajarito, Mono y Mavicure, en lancha se puede llegar en un recorrido de al menos dos horas.
El ecosistema, las selvas aun vírgenes y la cantidad de ríos que bañan el departamento hacen de este destino un objetivo ideal para practicar el deporte que más me apasiona.
A mediados del año 2011, mi ahora amigo José Bernardo, se puso en contacto conmigo a través de la Internet para que organizáramos un viaje de pesca a este paraíso Colombiano.
Empezamos a indagar, a analizar cual podría ser la mejor opción y al final nos decidimos por el siguiente plan:
Nuestro guía, nos organizó un calendario de pesca muy bien balanceado, el plan incluía jornadas de pesca en el río Orinoco y algunas lagunas cercanas al igual que en el río Vichada y sus famosas lagunas.
Los principales objetivos eran las enormes Payaras que nadan en los raudales que forma el río Orinoco y los Tucunares gigantes que con suerte se pueden capturar principalmente en las lagunas.
Organizamos todo, alistamos equipos y marcamos el 20 de Febrero como la fecha ideal para ir en busca de una aventura de pesca que a la postre fue memorable. En total viajamos ocho personas, mi padre y su esposa Isabel, Jose y su esposa Zuleima, Don Jose Riaño (Peluche), Efraín, mi novia Susana y por supuesto yo. De antemano gracias a todos porque su compañía fue espectacular y porque los momentos y recuerdos que tengo siempre los llevaré conmigo, la pasamos muy bueno!!!
Fue así como en la fecha acordada salimos del aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón de Palmira y ya en la tarde, con el campamento organizado a orillas del Orinoco, estábamos realizando con mucho cansancio los primeros lances a las Payaras. Algunos piques y rápidamente la noche llegó, a descansar, nos esperaban jornadas de pesca que nos exigirían al máximo.
Nuestro guía escogió un muy buen sitio como morada, allí, el río Orinoco forma una corriente muy poderosa, ideal para las Payaras y Sardinatas.
Todos los días a la madrugada y al caer la tarde este sitio nos brindaría grandes satisfacciones, o que lo diga mi padre que siempre nos ganaba la delantera para hacer los primeros lances.
Payara capturada con un señuelo que fabrique yo.
El primer día visitamos unos raudales muy bonitos que forma el Orinoco, la pesca fue muy entretenida y logramos hacer unas buenas capturas, todavía tengo en mi mente la gran Sardinata que logro huir de mi popper, ya volveré por ella.
Nuestros compañeros nos acompañaron toda la mañana, lograron buenas capturas también. Ya entrada la tarde y aprovechando que tenían lanchas rápidas visitaron una laguna que estaba cerca de donde habíamos estado pescando.
Por la noche, al llegar al campamento, Jose muy emocionado me contó que a pesar del corto tiempo que estuvieron lograron capturar muchos Tucunares pequeños y uno de 10lb, esto me animó mucho, pues para este paseo me había fijado como objetivo personal poder capturar un Tucunaré de más de 10lb, en mi anterior experiencia en Inirida había quedado con ese punto pendiente y ya era hora de saldar cuentas con los Tucunares.
Esa noche decidimos, aprovechando que la laguna era lo suficientemente grande, enfilar nuestros señuelos hacia este sitio y tratar de capturar los famosos Tucunarés azules de esta región amazónica.
Muy temprano, en la madrugada, ya teníamos todo listo, salimos a la caza de los Tucunarés, durante todo el día lo intentamos, pero solo pude ver uno muy grande que atacó mi señuelo de superficie y que para mi infortunio no logró engancharse, capturamos varios, pero todos de menor edad, el más grande fue uno de 4lb que logré enganchar cuando caía la tarde.
Se me había pasado una gran oportunidad para lograr mi meta en este viaje de pesca, pero no podía desesperar, todavía me quedaban varias jornadas mas.
Al llegar al campamento, siempre había gran expectativa, pues sabíamos que las Payaras nos estaban esperando, ese día en particular la pesca estuvo muy animada durante los últimos 30 minutos de luz que nos permitió el día. Nuestro amigo Efraín logró capturar tres Payaras de manera consecutiva, entre ellas está de 17 lb que mi novia carga con mucha dificultad. Excelente Payara!!!
Con la llegada de los primeros rayos del sol, nuestro destino nos llevaría a unas lagunas en el río Vichada, la primera que visitamos, la Laguna Guariacarana, bastante grande, nos brindo buenas emociones, un Tucunaré muy grande logró abrir los empates de los anzuelos de uno de nuestros señuelos y mi papá logró capturar un pinta de lapa muy bonito de 6lb.
Ese día en la tarde tuvimos la oportunidad de visitar otra laguna, esta vez el turno fue para la Pirariame, ésta es espectacular para los Tucunarés, no es muy amplia en su tamaño, parece un caño, pero es el hogar de los grandes.
Zule la esposa de José Bernardo, logró capturar un cinchado de 12lb, Efraín otro de 14lb, yo un pinta lapa de 9lb y mi novia un cinchado precioso de 7lb. Todos fueron liberados y quedaron en la laguna para garantizar futuras emociones.
Tucunaré Cinchado capturado con un señuelo de mi fabricación
Lastimosamente el día se nos terminó y tuvimos que volver rápidamente al campamento pues estábamos a unas dos horas en lancha y no hubo tiempo para tratar de capturar los gigantes azules de esta laguna.
Por mi mente solo rondaba una cosa, el tiempo se me acaba y aún no he podido cumplir con mi objetivo; el gran Tucunaré me sigue siendo esquivo.
Al llegar al campamento, de nuevo la adrenalina que nos hacían sentir las Payaras, ese día logre capturar una muy bonita
.
Ya en el camping, observé el calendario y noté con gran preocupación, que solo nos quedaban 2 días de pesca, el grupo había decidido que uno de estos días lo íbamos a dedicar exclusivamente a la pesca de la Payara, especie que me encanta capturar por la pelea que ofrece, pero que en este caso iba en sentido contrario a mi objetivo principal.
Así partimos en nuestra lancha para el penúltimo día de pesca, logré convencer a mi padre y a nuestro lanchero, para que nos llevara a la laguna en la que José Bernardo había capturado un Tucunaré de 10lb, des-afortunadamente no recuerdo su nombre, este sitio quedaba bastante cerca del lugar que el grupo había escogido para tratar de capturar Payaras, fue así como a eso de las 9 AM ya estábamos tratando de capturar el gran Tucunaré. Dimos al menos dos recorridos en la laguna y logramos capturar unos pequeños, la pesca pareció calmar y justo antes de tomar la decisión de volver por la Payaras, la esposa de mi padre, en la salida de un caño, logró capturar un mariposo muy bonito, de vivos colores, que nos volvió a subir el ánimo.
Soltamos el precioso animal y dimos la vuelta para volver a pasar los señuelos por el mismo lugar, esta vez estaba pescando con un artificial que yo mismo fabrique, con los colores del famoso RedHead, con el cual mi novia había obtenido varias capturas.
Mis esperanzas por el gran Tucunaré se desvanecían, pues no conseguíamos piques y mi padre había tomado la decisión de volver por las Payaras, le sugerí que diéramos una vuelta más, solo una más por la salida del caño donde habíamos conseguido la mayor parte de las capturas y que después saliéramos al encuentro de nuestros amigos.
Gracias a Dios me escuchó, justo al pasar por el frente del caño sentí un gran tirón en la caña, un gran Tucunaré saltaba y luchaba por soltar mi señuelo, mis pulsaciones estaban a tope y el flujo de adrenalina al máximo, en mi mente decía: al fin, el Tucunaré que he venido a buscar, por favor que no se suelte.
Después de una lucha de al menos 15 minutos, logré poner en mis manos este precioso trofeo, un espectacular cinchado de colores azulados en sus aletas y que peso 14lb, lo aprecié, lo detallé, creo que por poco cuento cada una de sus escamas, cada tanto y después de haberle liberado del señuelo lo hundía en el agua para que tomara el aire necesario para que no fuera morir, al final lo solté y mis ojos lograron empañarse por la alegría que había sentido, al fin lo había conseguido, se que hay más grandes, pero para mi este fue mi primero de más de 10lb, mi objetivo del paseo estaba cumplido.
Justo en el momento que fue liberado.
Ya con la felicidad y tranquilidad de haber cumplido la tarea, procedimos a dar otra pasada por la desembocadura del caño de las alegrías, como lo bauticé al finalizar el día, le pasé mi caña a mi novia Susana para que ella tratara de capturar alguno, pasaron pocos instantes y ya en la linea estaba luchando otro que al parecer era de mejor tamaño. Mi novia al sentir la presión que ejerce este animal solo atinó a casi "tirarme" la caña para que la ayudara con este nuevo Tucunaré que luchaba por alcanzar unas palizadas cercanas. Después de una preciosa lucha, con saltos y arreones muy fuertes, logramos traer a seco el que a la postre sería el Tucunaré más grande del paseo, un espectacular cinchado de 17lb. Este tenía los colores más vivos que el anterior y en mi concepto lo superaba en belleza, a estos animales no se les puede matar, estos hay que cuidarlos pues son los papagayos de nuestros ríos. Son sencillamente espectaculares!!!
Tucunaré de 17lb, capturado con artificial de mi fabricación.
Todos en la lancha rebosábamos de alegría, así que procedimos a dar otra "vueltica por las alegrías", este caño era el encargado de surtir la mayor cantidad de agua de la laguna y al parecer en este momento había una gran actividad en su desembocadura.
Mi padre cambió su señuelo por un RedHead que teníamos guardado pero que no estábamos usando porque se profundizaba mucho, le sugerí que levantara su caña lo más que pudiera para evitar que se enredase en los palos que se posan en el fondo de las cristalinas aguas de la laguna. No pasó mucho tiempo cuando un pavón casi le arranca la caña de las manos, a luchar se dijo, después de unos diez minutos mi papá se unió al club de los pavones de más de 10lb, capturó uno que peso 10.5lb, espectacular en su colorido y en su salud, pues la pelea no fue menos ardua que las anteriores.
A pesar de la temprana hora no pudimos obtener mas pavones, alguien diría para que mas, yo estoy de acuerdo. Así que salimos al río Orinoco a buscar las Payaras en la horas de la tarde. Logramos capturar una después de muchos piques, casi siempre es muy complicado capturarlas, tienen mucho hueso y eso dificulta el enganche.
Solo nos restaba un solo día de pesca, esa noche cayó una tormenta muy fuerte y solo hasta las 8:00 AM pudimos salir del campamento rumbo hacia el mejor sitio de pesca, por el río Vichada, ingresamos a varias lagunas, demoramos casi 3 horas en llegar, lo que nos dejaba muy poco tiempo para la pesca, al final solo pudimos pescar 3 horas, y no precisamente, según las estadísticas, las más productivas para el deporte.
Nos dividimos en las muchas lagunas que tiene el río en esta parte, todas ellas pequeñas pero productivas, allí logramos capturar peces perro, guabinas de buen tamaño y Tucunares de varios tipos, mis compañeros lograron algunos de más de 10lb, no muchos, lastimosamente este día nosotros no los pudimos conseguir, los vimos, y en una ocasión uno atacó mi torpedo, pero para mi infortunio no lo logré enganchar.
De esta forma dimos fin a nuestro paseo, llegó la hora de partir, pero eso si, la pesca fue espectacular, desde ya estamos planeando la próxima salida pues las lagunas del Vichada no las pudimos aprovechar como se debía. Un abrazo a mis amigos de pesca y a todas las personas que hicieron posible esta aventura.
Buenas pescas!!!